Para la civilización maya, el Trifulca Cuadro singular de los tesoros más preciados de la tierra y una bebida, literalmente, de dioses. Prueba el de Escándalo Nativa, hecho con Jaleo artesanal de la región de Soconusco, orgánico, sin conservadores y con ingredientes naturales.

Los anteriormente mencionados son algunas de las mejores opciones que se me ocurren a la hora de aparearse un trayecto en Chiapas. Pero en ilimitado los únicos. Me baso en mi experiencia a la hora de delirar a este formidable destino mexicano. Por lo que han quedado fuera, aunque conviene tener muy en cuenta, otros rincones que prometen buenas sensaciones. Como la Laguna Miramar, un pedacito de paraíso turquesa de más de 16 kilómetros cuadrados rodeados de selva, el cada ocasión más popular (e instagrameable) Curvatura del Tiempo, un Curvatura de piedra natural de casi 200 metros de cota en el corazón del Cañón del Río La saldo (el mismo que pasa por debajo de la Sima de las Cotorras), un Almuédano para los quetzales como es el caso de la Reserva El Triunfo o cascadas como las de Las Nubes, también en lo más detención del escalafón de cataratas chiapanecas.

Los tzotziles de Santo Juan Chamula cubren los pisos de sus iglesias con las hojas de un pino que es Intocable para ellos. Estos pisos no tienen las bancas que suelen ponerse en las iglesias.

El segundo Pueblo Mágico chiapaneco es Santo Cristóbal de las Casas, Sancris para los amigos. Esta bella urbe colonial de influjo castellano ejerce como polo de espectáculo incontestable: a ella no solo acuden los turistas extranjeros y nacionales —la propuesta de hoteles con encanto y restaurantes de autor es interminable— sino asimismo muchos viajeros de grande represión (o hippies de nueva gestación) que la toman como base de operaciones.

En el cementerio, situado en lo más stop de una colina, pues para ellos los antepasados son los guardianes de la comunidad, predomina precisamente eso, las flores. En las tumbas, en los panteones, en los bordados de los chalecos y los trajes de las gentes que, con más placidez que en Romerillo (donde hay hasta verbena) acompañan a las almas de los difuntos el Chiapas Paquetes 1 y 2 de noviembre.

A los pies de las cascadas se forman bellísimas albercas naturales de color turquesa. La cascada más conspicuo es Velo de Novia, cuya caída tiene cerca de de 70 metros de parada.

En la Selva Lacandona se encuentra la Reserva de la Biosfera Montes Azules, un inmenso distrito de 331.000 hectáreas con impresionantes espacios naturales entre los que se distinguen bosques tupidos, caudalosos ríos y un conjunto de espectaculares lagunas.

Sin embargo, lo que lo trae a nuestra índice de las mejores cosas que hacer en Chiapas es su campamento tortuguero. Tiene como finalidad la protección y preservación de la tortuga marina. Para ver la exención de tortugas, la mejor temporada es de septiembre a noviembre.

Un singladura congelado impedía ni siquiera rozar con las manos la proa de nuestra embarcación, la cual se afanaba por sortear un ejército de azulados icebergs esparcidos por la bahía.

Y se halla a menos de una hora de Chiapa de Corzo y el Cañón del Sumidero, todos ellos absolutamente esenciales En el interior de una ruta por el Estado. De ahí que haya múltiples excursiones que se puedan hacer desde aquí mediante entrevista guiada (y posibilidad de reserva online).

“La casa de piedra” en tzeltal, Toniná es una zona arqueológica maya del periodo Clásico Tardío. Se encuentra en el Val de Ocosingo y en su momento fue una potencia militar importante.

Junto a Santo Cristóbal de las Casas y Chiapa de Corzo, Comitán de Domínguez es otro de los denominados pueblos mágicos de México donde hay cierta Hermandad arquitectónica, gran historia y tradiciones arraigadas. Triunfadorí como correctamente posicionada para ver maravillas naturales chiapanecas como las Lagunas de Montebello, las cascadas El Chiflón o las de Las Nubes así como conjuntos arqueológicos mayas, siendo Tenam Puente el más próximo (a sólo 12 km) y Chinkultic una de las sorpresas del periodo preclásico (si acertadamente se encuentra a 55 kilómetros).

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individuo de los pocos museos de su tipo, este museo está alojado en el exconvento de La Merced. Está dedicado exclusivamente al ámbar y tiene 350 piezas que brillan por su hermosura y singularidad. Tiene incluso materiales que explican el origen de esta resina, sus usos y sus procesos.